La Junta contrata a dedo y a escondidas 23 millones de Euros en licencias de software a las multinacionales Microsoft y Oracle sin siquiera valorar las licencias alternativas gratuitas del software libre.
Sevilla-Málaga, martes 4 de diciembre de 2012
Cuando se han cumplido 35 años de la gran manifestación ciudadana detonante de la autonomía de gobierno andaluza, a la hora de hacer balance del camino recorrido nos encontramos que todavía estamos lejos de lo que aquellos ciudadanos buscaban para su tierra. La crisis económica y política que atravesamos, la mayor desde la postguerra, plasmada en una tasa de paro que arrastra casi al 40% de la población laboral, ha profundizado la brecha entre por un lado una ciudadanía y tejido económicos empobrecidos, y por otro unos gobernantes que en sus poltronas parecen seguir viviendo ajenos y distantes a la extrema gravedad de la situación.
En este contexto, desde Andalibre nos vemos obligados a denunciar la actual política tecnológica y económica pública que parece tener su origen en el último cambio de presidencia en el Gobierno Andaluz. Recientemente esta política se ha visto plasmada en la firma del mayor acuerdo de compra de licencias de software privativo jamás realizado por nuestros gobernantes: más de 23 millones de Euros a favor de las multinacionales estadounidenses Microsoft y Oracle, adjudicados a dedo y a escondidas del Parlamento y la ciudadanía. 23 millones que para más inri cuentan con una historia de supuesta coacción debida a que durante años se ha permitido el uso ilegal de los programas privativos en nuestras instituciones bajo el falso mantra de que “el software es gratis.”
Un total de 23 millones de euros de nuestros impuestos derrochados en licencias, o casi mejor, estampitas, que simplemente les autorizan a usar un software absolutamente innecesario por haberse visto superado tecnológica y competitivamente por las alternativas libres y gratuitas que lo reemplazan en su totalidad. 23 millones de euros que bien invertidos podrían haber servido para salvar vidas en nuestros hospitales o en nuestras carreteras, haber cuidado de
nuestros mayores y discapacitados, haber contribuido a educar a nuestros hijos, o, sencillamente habernos permitido a las muchas empresas y profesionales del software libre andaluz crear, como hemos ya demostrado saber hacer, decenas de miles de puestos de trabajo cualificados, riqueza local y por ende mayor recaudación de impuestos aquí en vez de en Irlanda o esos otros paraísos donde se alojan fiscalmente las multinacionales referidas.
Una vez más un dispendio público de 23 millones de euros en derroche de nuestros escasos y valiosos impuestos, que, para mayor incongruencia, coincide en el tiempo con la petición de rescate financiero que el gobierno andaluz se ha visto obligado a solicitar a Madrid (FLA) por falta de fondos para sufragar su día a día. Un acuerdo que supone la exclusión de nuestras empresas y el último clavo en el ataúd de la tan cacareada inicativa política del Gobierno Andaluz en pro del software libre. Una supuesta apuesta que con la perspectiva que da el tiempo se ha demostrado simple y llanamente farisea.